Llega la Semana Santa y muchas personas se desplazan para disfrutar de unos días de descanso. Es una fecha que muchos han bautizado como “semana negra” porque es una de las épocas del año en la que más abandonos de mascotas se producen por no poderlas llevar consigo durante este pequeño período vacacional. Y es que hay destinos, sobre todo cuando se tiene que coger un avión, que son un poco complicados para los perros. No obstante, abandonarlos no es nunca una opción. Además, con los perritos también se puede volar.
Pasos previos
Hoy en día, viajar en avión con la mascota no es imposible. Muchas compañías aéreas aceptan a estos pasajeros especiales, aunque este tipo de viajes no es el más idóneo para los perritos porque les puede generar mucho estrés. Pero, si no queda más remedio que coger un avión con ellos, hay que tomar una serie de precauciones y de consejos.
El primero de ellos es elegir bien un destino al que haya un vuelo en el que la aerolínea acepte viajar con la mascota. Cada vez es algo más habitual pero, en la práctica, sigue habiendo destinos a los que es muy complicado volar con el perro porque no todas aceptan todas las razas.
Además, unas permiten que la mascota viaje en la cabina, mientras que otras obligan a que sea en la bodega. También es importante cerciorarse de que hay hoteles o apartamentos que acepten al can.
Una vez elegido el lugar de vacaciones, lo siguiente que hay que hacer es llevarlo al veterinario para que compruebe que está bien de salud y que toda su documentación, vacunas… está en regla para entrar en el país al que se vaya a viajar. Un certificado de salud que incluso lo demandan algunas compañías aéreas.
Como paso previo, igualmente, hay que fijarse en los requisitos de entrada que exige el país para la mascota porque la normativa puede diferir mucho de un estado a otro. Por ejemplo, en el Reino Unido hay un pasaporte específico para mascotas.
Antes de viajar también se debe preparar al perro para que esté listo para el viaje, sobre todo, si va a ser muy largo y hacerle la maleta porque puede precisar ropa si se va a un país muy frío y su plato para comer o manta, entre otros artículos.
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