Hay personas que, a pesar de ser grandes amantes de los animales, no puede estar a su lado. Y es que tienen alergia. Una de las más habituales es la de los gatos. Sin embargo, si se tiene este problema, no hay por qué tener que renunciar a vivir con un minino en el hogar. Con unos trucos y soluciones es posible combinar el amor al gatito y la alergia.
Cuidados para el animal
Para que una persona alérgica pueda convivir con un gato, es importante seguir una serie de pautas en el hogar, que se dividen en dos bloques principalmente. Uno de ellos se corresponde con unos cuidados específicos, mientras que el otro está relacionado con la limpieza e higiene en el hogar.
Dentro de los cuidados que deben hacerse al gato, está la realización de un cepillado de forma periódica –por lo menos una vez por semana-, con el fin de eliminar el pelo más profundo, que es el que contiene la proteína que produce la alergia. Así se evita que se esparza en gran medida por la casa.
Aparte del cepillado, es bueno utilizar productos específicos para aplicar sobre el pelo del gato, que tienen el efecto de mantener la proteína en el pelo para evitar que se desprenda y pulule por todo el ambiente.
La alimentación es otra de las claves. En este caso, es importante darle al gato de comer alimentos ricos en Omega-3 y Omega-6 porque aportan una mayor hidratación al cabello y dificultan que se desprenda el alérgeno por la caspa.
Limpieza e higiene en el hogar
Cuando la persona es alérgica, se debe extremar la limpieza en el hogar. Es fundamental hacer una aspiración profunda con aspiradoras específicas -que incluso atrapan los alérgenos-, una vez por semana como mínimo para eliminar todos los pelos del gato, incluyendo todos aquellos elementos de decoración del hogar como alfombras o moquetas, así como los tapizados de sofás o sillas, entre otros.
Los muebles como sofás o sillas pueden cubrirse también con fundas antialérgicas que sean lavables. Además, es conveniente limitar la zona de la vivienda en la que el gato puede entrar. En estos casos, es especialmente útil que el minino no acceda al dormitorio para que no se acumulen los alérgenos en el colchón y ropa de cama para que la persona duerma sin problemas.
Aunque el gato no entre, se recomienda lavar toda la ropa de cama con frecuencia –no debe pasar más de quince días-, y hacerlo a una temperatura superior a los 40 grados centígrados.
Artículos relacionados:
– Consejos para reducir los síntomas de la alergia a gatos y perros