Xoloitzcuintle, una raza poco conocida


Entre las razas caninas menos conocidas en Europa encontramos el xoloitzcuintle o perro sin pelo mexicano. Es una de las más antiguas y puras, pues se cree que este animal nació hace más de 7.000 años y desde entonces no ha sido manipulado genéticamente. Te contamos más sobre su historia y características.

La leyenda

La palabra “xoloitzcuintle” proviene del náhuatl “xólotl” (significa monstruo, extraño o animal) y del término ” itzcuintli” (perro). El mito dice que el dios Xolotz creó a este perro a raíz de una astilla del Hueso de la Vida, y se lo ofreció al pueblo mexicano como regalo.

Según explicó la divinidad, el animal sería el encargado de guiar a los difuntos hacia el inframundo. Por eso, los xoloitzcuintle del país eran sacrificados y enterrados junto a sus dueños. Además, tenía el poder de alejar a los espíritus malignos y proteger los hogares, por lo que era muy valorado y un regalo frecuente en la alta sociedad.

Asimismo, se creía que esta raza tenía propiedades curativas. En teoría, el contacto con su piel ayudaba a aliviar dolencias musculares, dolores de cabeza, insomnio, asma y reumatismo, entre otros problemas de salud.

Peligro de extinción

La historia del xoloitzcuintle está repleta de contradicciones, ya que al igual que era venerado por su conexión espiritual, también era valorado por las propiedades nutricionales de su carne. De hecho, éste fue el motivo por el que estuvo al borde de la extinción durante la conquista española en el siglo XVI.

Y es que los invasores consumían a este animal con la doble intención de alimentarse y de echar por tierra las creencias de los habitantes de la zona. Afortunadamente, varios ejemplares se refugiaron en la sierra de Oaxaca y Guerrero, donde permanecieron ocultos durante décadas. Así lograron salvar su especie.

 

Su mayor característica: no tiene pelo

Uno de los rasgos que más caracterizan al xoloitzcuintle es el hecho de que no tiene pelo, aunque algunos ejemplares cuentan con algo de pelaje en la cabeza, las patas y la cola. Para compensarlo, su piel segrega una especie de aceite que la protege del sol y los insectos. Además, su temperatura media es de 40º, de manera que la ausencia de pelaje no es ningún impedimento para mantenerse cálido.

Carácter y cuidados

En cuanto a su carácter, es un perro tranquilo, alegre y silencioso. Adora la compañía de los suyos y es ideal para familias con niños pequeños, pues suele llevarse bien con ellos. Es un excelente perro guardián y muy protector, lo que le hace algo desconfiado frente a los desconocidos. Destaca su alta inteligencia, que le ayuda a aprender rápidamente las órdenes de adiestramiento. Necesita estimularla mediante juegos y saciar su curiosidad durante los paseos.

El xoloitzcuintle suele gozar de una buena salud, pero requiere algunos cuidados específicos para su piel. Al no tener pelo, es importante que evitemos la exposición prolongada al sol, ya que puede quemarse y sufrir golpes de calor con facilidad. Asimismo, los ejercicios y paseos diarios son esenciales para mantener su energía equilibrada.

Símbolo de México

Esta raza se ha convertido en un auténtico emblema de México, estando presente en las obras de artistas como Rufino Tamayo, Raúl Anguiano, Frida Kahlo o Diego Rivera. Es fácil ver a este perro retratado en sus famosos murales.

El xoloitzcuintle siempre ha sido un perro muy ligado al mundo del arte. De hecho, en los jardines del Museo Dolores Olmedo podemos encontrar varias estatuas que conmemoran su presencia en estas estancias. Y es que hace décadas Diego Rivera regaló una pareja de xoloitzcuintle a su amiga y coleccionista Dolores Olmedo, quien como agradecimiento decidió luchar por la preservación de la raza.

En definitiva, al igual que el chihuahua, el xoloitzcuintle forma parte de la cultura, la historia y la simbología de este bello país latinoamericano.

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