Vídeo: https://www.facebook.com/lealesorg/videos/1270228053308702
Condenan en #Teguise #Lanzarote #LasPalmas #Canarias a un hombre (39 años) y mujer (41 años) por amordazar y grabar en vídeo a Timple, un perro callejero que murió de asfixia por esos hechos.
El vídeo lo mandaron al Ayuntamiento de Teguise, acusándolos de no recogerlo y por entrar en su terreno
En el juicio rápido (como el que roba una manzana...) lo reconocieron y al pactar un acuerdo con la fiscalía, les han impuesto 4 ridículos meses de cárcel, que no cumplirán y 16 meses de inhabilitación de tenencia de animales. Cuando pasen 2 años podrán hacer lo mismo con toda su impunidad.
Exige en tu comunidad autónoma la actualización de la Ley de protección animal. En Presidencia del Gobierno de Canarias pueden preguntar por qué tienen aún una ley de protección animal del año 1991...
» Texto de la condena:
Condena
Los condenados no deberán entrar en prisión, ya que el Juzgado otorga la suspensión de la pena, condicionada a que no cometan otro delito durante ese periodo y a que se sometan a un tratamiento rehabilitador. El fallo es firme, ya que los condenados aceptaron una sentencia de conformidad. Los hechos ocurrieron el pasado sábado 18 de julio.
Según la sentencia, los dos acusados, “puestos de acuerdo y con idéntico ánimo de atentar contra la integridad física de un perro callejero” y siendo conscientes del elevado riesgo que con su conducta creaban para la vida del animal, lo amarraron por las extremidades delanteras y traseras, le pusieron una brida en el hocico y le cerraron toda la boca con cinta aislante. Media hora después de eso, sobre las doce del mediodía, el perro murió por asfixia ante la imposibilidad de respirar.
El 2 de agosto se celebró un juicio rápido y al día siguiente se redactó la sentencia, que ya se había comunicado in voce el día anterior, ante la conformidad de los acusados. Las dos personas condenadas son Miriam C.G. y Pedro J.B.
Las diligencias se abrieron por el atestado de denuncia de la Policía Local de Teguise, que citó a declarar a un testigo, trabajador de la perrera de Teguise y que ese día, sobre las 11.40 horas, recibió una llamada de la condenada en la que le relataba que ya había capturado al perro, “que siempre está molestando”, según dijo porque se había metido en la caseta de su mascota, en su propia casa.
El trabajador manifestó que a pesar de que era su día libre se personaría allí para retirar al animal. También declaró que conocía al perro, que era un ejemplar vagabundo, desde hace unos cuatro años, pero que era muy difícil de capturar a pesar de que se había intentado en numerosas ocasiones, porque era “muy activo y escurridizo”, aunque no tenía antecedentes agresivos hacia personas ni hacia otros animales.
El trabajador municipal llegó a la casa sobre la una del mediodía, cuando el perro ya había fallecido. Declaró que en la llamada telefónica no le advirtieron de las condiciones en que estaba el animal, porque, de ser así, se hubiera personado de forma inmediata. El perro ya estaba muerto, tapado con una tabla de surf, atado por el cuello y por ambas extremidades y con el hocico cerrado con una brida y la cinta aislante.
Según el testimonio del trabajador municipal, la dueña de la casa le dijo que tanto ella como su exnovio, el otro condenado, se vieron obligados a amarrarlo porque en su lucha por escaparse había mordido al hombre y que iba a pedir una indemnización al Ayuntamiento por esa agresión y porque le había destrozado los muros.
Al animal se le realizó la necropsia y un informe veterinario. Durante la mañana, la mujer había enviado un vídeo al concejal de Bienestar Animal de Teguise en el que se ve al perro en muy malas condiciones, agonizando.
El testigo llegó a declarar que ella no mostraba síntomas de arrepentimiento y que le dijo que le estaba haciendo un favor porque tenía “la perrera a tope”.
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