Cuando alguien encontró a Susanna, ésta había perdido casi por completo la esperanza.
Tirada por su dueño en un conocido vertedero de Florida, la joven perra fue encontrada acurrucada contra un contenedor y sin apenas moverse. Estaba desnutrida, agotada y cubierta de pulgas y garrapatas. No podía levantar la cabeza ni caminar.
La rescatadora de animales local Isabel Zapata suele buscar mascotas abandonadas en estos vertederos, y fue entonces cuando encontró a la pobre Susanna a principios de mayo. Llamó a Gulfstream Guardian Angels Rottweiler Rescue, y el grupo aceptó inmediatamente acogerla.
«Los animales son arrojados rutinariamente para que mueran», dijo a The Dodo Laurie Kardon, miembro de la junta directiva de la organización. «Es un lugar muy peligroso porque hay muchos camiones que pasan por allí a gran velocidad. Es simplemente desgarrador. Muchos no lo consiguen»
Como Susanna no podía caminar, Zapata y otros la subieron a una lona para meterla en el camión. Estaba en muy mal estado, pero por fin estaba a salvo.
Los rescatadores llevaron a Susanna al hospital de animales más cercano, donde le administraron líquidos y le hicieron algunos análisis de sangre. Al parecer, estaba paralizada y no se sabía la causa. No estaba claro si alguna vez podría caminar.
Después de unos días más de pruebas y de estabilizar a Susanna, el equipo de rescate la trasladó al Clint Moore Animal Hospital de Boca Ratón. Mientras revisaban sus pruebas y archivos, empezaron a reconstruir poco a poco los desgarradores detalles del pasado de Susanna.
No tenía ningún problema de columna vertebral y ninguno de sus huesos estaba roto, pero no podía caminar debido a lo que probablemente le habían hecho las personas.
«Tenía algo de artritis y deformidades físicas en las patas, lo que nos hace pensar que estuvo metida en una jaula desde cachorro», dijo Kardon. «Es probable que haya estado ahí la mayor parte de su vida y que haya sido utilizada para la cría. Y cuando los criadores acaban con los perros, los abandonan»
Susanna, de tres años, ya había pasado por mucho, pero estaba claro que estaba dispuesta a luchar por su vida.
«La primera vez que la vi, levantó la cabeza y me lamió la cara», dijo Kardon. «Dije: ‘Ahí está. Esta chica quiere vivir’. Vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que vuelva a funcionar'»
Juntos, el equipo de rescate y el personal veterinario elaboraron un plan de recuperación. Le darían un alimento de calidad para ayudarla a ganar fuerza y peso, y cuando estuviera preparada para ello, comenzaría la fisioterapia.
También necesitaba algunos medicamentos para el dolor, que ayudarían a aliviar la rigidez de sus débiles músculos y huesos.
Con mucha comida y cariño, Susanna empezó a ganar energía. Poco más de una semana después de ser rescatada, el equipo veterinario llevó a Susanna a una piscina de rehabilitación para comprobar su capacidad de caminar.
Empezó a caminar por el agua.
«A todos se nos saltaron las lágrimas», dijo Kardon. «Fue un gran alivio».
Sabiendo que Susanna quería moverse, los veterinarios se encargaron de llevarla a la piscina con frecuencia para que se estirara y diera un paseo.
La luz había vuelto a sus ojos y había empezado a mover el rabo con todo el mundo.
Estaba mejorando, y estaba claro que quería a la gente, a pesar de todo lo que había pasado.
«Es tan feliz», dijo Kardon. «Probablemente es la primera vez en su vida que se siente así».
Gracias a más tratamientos con láser y a la terapia acuática para seguir aliviando el dolor de sus piernas y ganar fuerza, Susanna siguió mejorando de forma constante.
Ahora, más de un mes después de que la encontraran en el vertedero, por fin es lo suficientemente fuerte como para empezar a conocer a otros perros y jugar con ellos. Los adora a todos.
También ha descubierto recientemente lo divertido que es rodar por la hierba, algo que quizá nunca hubiera podido hacer sin la ayuda de sus rescatadores y veterinarios.
Al ver lo lejos que ha llegado Susanna, Kardon está deseando que llegue el día en que pueda ser adoptada por un hogar cariñoso. Hasta entonces, seguirá deleitándose con el increíble espíritu de Susanna, que parece iluminar todas las habitaciones en las que entra.
«Es un verdadero testimonio de su raza», afirma Kardon. «Es fuerte, decidida y valiente, pero también muy dulce y cariñosa. Tiene el corazón de un Rottweiler, eso es seguro».
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